Una vez conseguida la casa, es el momento de decidir en qué queremos convertirla –cada comunidad autónoma regula las clasificaciones y características que debe poseer un alojamiento rural–. El siguiente paso consiste en elaborar un presupuesto para su reforma y un plan de negocio para estudiar la viabilidad del proyecto.
Llegados a este punto, ya se puede optar a las ayudas de la Administración. En cuanto a las europeas, la normativa que regula los fondos para los negocios rurales expira en diciembre. «Se cree que se seguirán obteniendo, pero en zonas con cierta saturación se van a reducir bastante», afirma Alejandro Gómez, director de Rural Promo, una gestora de este tipo de proyectos, quien señala que las ayudas estatales siguen funcionando bien, aunque sólo se concedan a partir de un millón de euros. También existen ayudas locales y regionales para el desarrollo rural. Más información en www.ruralpromo.com
Testimonio
Nelly y Juanjo
60 años, jubilados
«Justo lo que queríamos»
«Quería acabar mi vida trabajando para mí», afirma orgullosa Nelly, una uruguaya que acaba de abrir junto con su marido una casa rural en Collado de la Vera (Cáceres). «La hemos levantado nosotros mismos y es justo lo que queríamos», afirma Nelly, que presume de vivir en el pueblo más pequeño de la comarca. Desde que llegó no ha parado. Ya ha fundado una asociación de mujeres y organiza actividades. Su filosofía: «Uno sigue vivo mientras está ocupado».
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